Deusto ISCAcademy, Dia 1, ciclogénesis explosiva

Viernes 21 de febrero de 2014. 16:00 de la tarde. Hoy luce el sol en Bilbao después de días de sufrir la famosa ciclogénesis explosiva. En unas horas me meteré, por decisión propia, en otro proceso de ciclogénesis que espero sea igualmente explosiva. Esta vez en el plano personal: empiezo mi participación en el programa de creación de empresas digitales del Internet Startup Camp y Deusto, Deusto ISC Academy.

Llego al Deusto Entrepreneurship Centre, y me encuentro con una veintena de alumnos que, como yo, han decidido dedicar los próximos cuatro meses de su vida a dar forma y probar sus ideas de negocio en Deusto ISC Academy. ¿Negocio?

¿Qué hago yo aquí? Yo, que no he emprendido en mi vida… Será que el equipo de ISCAcademy ha sabido reconciliarme con mi lado más inconformista.

En esas reflexiones estoy cuando aparece en escena Tontxu Campos, Director del Deusto Entrepreneurship Centre. Nos explica que el centro nació porque de los 12.000 alumnos de la Universidad de Deusto, más de uno y más de dos se acercaban y le decían:

“Tontxu, lo de ser funcionario no va conmigo. Tengo un proyecto. Ayúdame”

Se adivina una sonrisa cuando confiesa que ha tenido que acompañar a alguno de ellos a discutir un plan de negocio. Así comenzó el reto: Formación para la acción. Y hacerlo no por uno mismo, sino por la sociedad. Sin tener como meta los WhatsApps y sus millonarias operaciones financieras. Con esta reflexión daba comienzo el curso: 

“Asumir un riesgo y pelear por un proyecto es valioso para la sociedad. Queremos que los emprendedores que tengan éxito quieran, desde su atalaya, cambiar el mundo a mejor”

(Tontxu Campos)

Llega el turno de Adrián Escardino, el “culpable” de que hoy esté aquí, porque ha invertido horas de conversación conmigo, escuchándome hablar de mi criatura, mi proyecto, aportando ideas. En definitiva, entregándome un pedacito de ilusión al que era imposible negarse. Y comienza mostrándonos una imagen del mundo de noche. Millones de luces encendidas, millones de personas conectadas a Internet.

“Tenéis el canal para que el mundo os conozca, ahora tenéis que hacer que os descubra, y que quiera lo que le ofrecéis cuando lo haga”

(Adrián Escardino)

Pero conviene dejar el ego en casa. La idea que todos traemos hoy aquí puede cambiar en cuatro meses, raro sería que no lo hiciera.

“El lanzamiento de una startup suele partir de supuestos sobre el mercado que son erróneos. Uno y los demás no es lo mismo”

(Adrián Escardino)

Y nos ilustra esta afirmación con una anécdota que tiene poco que ver (o mucho, según se mire) con lo que se trata hoy aquí.

Hace unos años estuvo viviendo en Camboya. Junto a su casa había una pagoda. Cuando tenía tiempo le gustaba pasear por  el patio a ver pasar el tiempo. Un día vio a un monje en un banco, leyendo. Se sentó junto a él dispuesto a entablar conversación. Y lo hizo, pero no fue posible establecer un diálogo coherente. El monje respondía a sus frases con comentarios que parecían no tener sentido. Cambiaba constantemente de tema; frases cortas, claras, parecían ir directas a lo esencial de la vida:

“Hoy hace un buen día”

“Los pájaros vuelan por el cielo”

“La lluvia es fresca”

Cabía esperar que un monje budista fuera profundo, pero ¿tanto?. Llegó a pensar que era incapaz de entender el significado de su mensaje.

No había nada que entender. Se trataba de algo mucho más sencillo: el monje estaba leyendo un libro de texto de inglés y se limitaba a practicar frases sueltas con él, sin importarle sus respuestas.  Adrián partía de un supuesto erróneo: “este monje quiere conversar”, cuando en realidad el bonzo tan sólo practicaba su lección de inglés, le daba igual lo que le contestaran.

Y nos pone deberes para los próximos 4 meses:

1. Ser capaces de vaciarnos de nosotros mismos, escuchar al mercado, buscar nuestra Propuesta de Valor

2. Centrarnos en lo que quiere nuestro cliente aunque suponga renunciar a nuestra propia visión de las cosas

3. Utilizar el curso como un laboratorio de experimentación de nuestro negocio, porque para probar el VALOR de una idea no hace falta hacer grandes inversiones

4. Divertirnos

Vaya! La última la puedo tachar, porque ya la estoy haciendo.

Llevo una hora sumergida en el Deusto ISCAcademy, iniciando un proceso que no tengo muy claro si será de ciclogénesis personal explosiva o implosiva, pero en cualquier caso siento que no me dejará indiferente.

(continuará…)